Consiste en trasplantar cabello de una zona donante (generalmente la parte posterior de la cabeza) a la zona receptora donde hay pérdida de cabello. Este procedimiento se realiza con el objetivo de restaurar o mejorar la densidad capilar en áreas afectadas por la alopecia y es de manera permanente.
El paciente se reúne con el especialista en restauración capilar para discutir sus necesidades y expectativas. Durante esta consulta, se evalúa la calidad del cabello donante y se determina si el paciente es un buen candidato para el procedimiento.
El especialista crea un plan personalizado para el implante, considerando la cantidad de cabello necesario, la forma de la línea capilar y otros detalles.
Antes de comenzar el procedimiento, se aplica anestesia local en las áreas donantes y receptoras para minimizar la incomodidad durante la cirugía.